domingo, 20 de febrero de 2011

Divertidísimo artículo de A. Burgos sobre expresiones gaditanas para el Carnaval

Y tomo el artículo de su web, http://www.antonioburgos.com. Nota: expresiones extrapolables al resto del andaluz.


Diccionario para el Carnaval

Sabedor de mi gaditanía adoptiva, uno de los lectores que no me merezco me envía un Diccionario de Autoridades del habla de la Verdadera Ciudad de la Gracia (Sevilla es de la Guasa) que debe de circular por Internet y que no renuncio a transcribir, dada la gran utilidad que puede tener para seguir el Carnaval por la tele. Del tirón, ahí va parte de esta genial clase práctica sobre «El habla de Cádiz» que estudió el profesor Pedro Payán:

¿Andevá, carajo?: Se usa cuando el hablante se siente perentoriamente agraviado por el oyente, siempre bajo una entonación eminentemente victimista. También se emplea para preguntar simplemente a otro que dónde se dirige, normalmente a gritos y de acera a acera. Tiene una variante, «¿Andevá, cohone?», en la que se advierte a alguien que se está pasando de la raya.

Bastinazo: Exageración. Para lo bueno o para lo malo. Lo mismo significa genialidad que metedura de pata.

Bulla: Prisa. Suele emplearse la frase «no hay bulla» para dar largas cuando hay algo por hacer que no se piensa hacer jamás.

Dercarajo: muy, mucho, «una humedad dercarajo, una caló dercarajo, un tango dercarajo de bueno».

Enga, a ve si un diíta queamoh: forma definitiva de despedirse para siempre. Frase utilísima para no quedar nunca con nadie. (Como lo de Javier Arenas quedando a cenar con media Sevilla, pero en gaditano.)

Enga, dehpué me paso: Se emplea cuando no se piensa acudir al presunto destino bajo ningún concepto.

Eso é ajín: El hablante no le quiere dar más vueltas al tema, porque la conversación le molesta o porque no tiene ni idea de lo que se está hablando.

Ira, quillo, ehto e una mierda: El hablante se da cuenta de que no le sale bien lo que está haciendo.

Ira, que le den por culo: el hablante insta al oyente a que no siga prestando atención a una persona o cosa.

Máh gente quer carajo: Aglomeración de personas en lugares determinados. (No confundir con la «bulla» sevillana, que es más gente quercarajo, pero de miarmas.)

¡Me zúarcarajo!: El hablante expresa con tono desafiante que le da lo mismo una persona, animal, cosa, idea o situación.

¡No! ¡Qué vá...!: Ironía de «¡desde luego que sí! ¡Faltaría más!».

Pá tó suh muertoh: expresión admirativa y ponderativa equivalente a «muy» o a «dercarajo». Así, por ejemplo, «esa mujer es muy guapa» se diría «eza tía ehtá pa tó suh muerto».

Pamplina: Dicho, hecho o idea que el hablante juzga tontería, aunque no lo sea. (Por ejemplo, «pamplinas de la Plaza Mina».)

Po lo va a hasé su puta madre: Negación absoluta a cumplir cualquier obligación.

¡Por loh cohone!: Ironía de «seguro que sí».

¡Que sí, carajo!: El hablante se muestra indignado al no percibir fehacientemente una muestra inequívoca de adhesión por parte del oyente a cuanto está diciendo.

¿Sabeloquetedigo,no?: El hablante percibe que el oyente ha perdido el hilo de lo que está diciendo y busca su gesto afirmativo para que continúe atento y así poder seguir liándose en la argumentación.

¡Si no, te var carajo!: Lo tomas o lo dejas.

¡Tehquiarcarajo!: Se utiliza para mostrar un desacuerdo radical.

Yo me viá í ya: El hablante expresa su voluntad de quedarse al menos una hora más.

(Yo sí que me viá í ya, pero porque en el recuadro no caben más genialidades gaditanas. Anda que se expresa malamente mi patria adoptante, y vámonos que nos vamos a Venecia del tirón.)

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