lunes, 26 de noviembre de 2012

La dificultad de iniciar, proseguir y corregir conforme escribes una novela

Sin duda, cuando escribes una novela, lo primero que necesitas es saber bien sobre qué vas a escribir, cuál es tu idea y más o menos por dónde vas a desarrollarla. Como podréis suponer, todo esto es ya un gran problema, pues no es nada fácil saber cuál es el núcleo de tu historia, sacarle otras ramas y encontrar la forma de ir integrando todo eso con lentitud y corrección.

En esta situación me encuentro ahora mismo. Por un lado, con dificultades de saber cómo seguir la idea inicial y por otro, releyendo lo escrito, pensando cómo podría expresar de mejor forma cierta idea o intentando dotar al texto de mayor riqueza prosística.

Sin embargo, habrá que seguir en ello. Nadie dijo que escribir una novela fuese sencillo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Posibilidad de contratación como corrector de textos y estilo

A todos los que seguís este blog, aprovecho para comunicaros algo novedoso. 

Me ofrezco como corrector de textos y estilo para todo tipo de textos: académicos, universitarios, literarios, periodísticos...

Así, teniendo en cuenta mi formación no sólo como filólogo, sino también en contenidos tales como la norma idiomática o la crítica textual y la experiencia en campos como la docencia o los certámenes literarios, podéis contactar conmigo y pedir más información para la corrección de vuestros textos a través de la dirección de Gmail aportada en esta web: romancefilologico.blogspot.com

P.D: También podéis seguirme en redes sociales como Twitter: @Corrector87

Un saludo y, una vez más, gracias por seguir este blog.

Error común de los estudiantes: los complementos circunstanciales

Dando clases el otro día, recordé que es error común entre los alumnos el análisis de los famosos complementos circunstanciales. Debido a que se tiende a enseñar la lengua española y la práctica de sintaxis como modelos permanentes, no siempre va a ser así.

Un buen caso lo tenemos con los complementos circunstanciales. Así, el alumno aprende que estos complementos de lugar, tiempo o modo (por mencionar algunos) siempre se corresponden a sintagmas preposicionales.

Entonces, intervengo yo con dos casos muy interesantes para expresar el complemento circunstancial de tiempo:

"Este año vamos a ir a la playa"
"La otra noche estuve bien contigo"

Oh, no, el terror se apodera del alumno y empieza a sudar. ¿Por qué? Probablemente, no sabrá analizar dentro del predicado verbal ni "este año" ni "la otra noche". Esto será debido a que se le habrá insistido en que los complementos circunstanciales son del tipo: "en ese momento", "a Málaga",etc. ¿Cuál es la solución? Intentar que ,aún sabiendo que la sintaxis tiene mucho de "2+2=4", estamos trabajando con la lengua y no es una ciencia al cien por cien. Así pues, no estará de más que aprendan a razonar, que usen la lógica y así, sabrán ver que a veces, un complemento circunstancial como el de tiempo puede estar perfectamente desempeñado por un SN o sintagma nominal.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La prosa ágil y sencilla de Matilde Asensi: "Venganza en Sevilla"

En esta entrada, voy a intentar dar una muestra de un concepto frecuente en la narrativa. En cuanto al estilo de la obra narrativa, habremos oído hablar de "prosa ágil y sencilla" en más de un análisis. ¿A qué remite este concepto?

Esta definición del estilo de un narrador alude a una forma de escritura rápida y directa. Normalmente, esto se consigue de diferentes formas. Para empezar, las secuencias oracionales son cortas. Por este mismo motivo, será habitual encontrarnos estructuras sencillas del tipo Sujeto + Verbo + Complementos (sin haber mucho de esto último). Junto al predominio de oraciones cortas, podremos observar la abundancia de coordinadas, especialmente de tipo copulativas o adversativas ("y, pero"), frente a una menor presencia de subordinación, con casos especialmente de adjetivas (para facilitar las descripciones en la narración). Al haber menos subordinación, las oraciones pierden complejidad pero la lectura se agiliza claramente. Finalmente, para dotar a la prosa de más fluidez, suele recurrirse a un vocabulario de común conocimiento para evitar algunas dudas por parte del lector o reflexiones que le hagan divagar y no proseguir su lectura.

Una vez dicho esto, analizaremos un caso práctico de una buena escritora nacional, Matilde Asensi. En este caso, tenemos un párrafo de  "Venganza en Sevilla"


Yo  también  debía  partir.  Mi  nueva  nao,  la  Sospechosa,  esperaba  a  su maestre.Pronto nos alejaríamos de Tierra  Firme y era  mi obligación fijar el  rumbo hacia España lo más lejos posible de las derrotas habituales de las flotas, las Armadas y los piratas. Por fortuna, uno de los empeños de mi padre (absurdo, según mi anterior parecer) había sido obligarme a estudiar y convertirme en un buen piloto y mareante.Ahora daba gracias por su terquedad y por su extraña visión de lo que una mujer podía y debía poner en ejecución.

Como podemos observar, en la primera secuencia oracional, nos encontramos con un sujeto, una perífrasis verbal y un adverbio de cantidad. Dificultad, no demasiada, pero sí agilidad. Así, en la segunda tenemos otra sencilla estructura oracional: Sujeto + Aposición + Verbo + CI. De ahí en adelante, podremos ver cómo esta estructura, con la incorporación de algún adverbio temporal o conector, será la que se imponga, con un sujeto, algún adjetivo, un verbo y pocos complementos. En cuanto a la coordinación, vemos en estas cinco líneas seis conjunciones copulativas, "y", fenómeno propio de la lengua oral, no tanto de la escrita, pero que logra la rapidez y ligereza de la oralidad. En cuanto a la subordinación, está presente pero con mucha menor fuerza.

A lo largo de la obra, tal vez sólo se le pueda achacar a la autora el uso de ciertos vocablos que pueden dificultar la lectura y "entorpecer" su prosa. Sin embargo, es buena forma de ampliar nuestro vocabulario e integrar al lector en el mundo y el lenguaje de aquella época.

Así pues, un gran caso para ejemplificar la "prosa ágil y sencilla" pero no por ello exenta de riqueza.