domingo, 11 de noviembre de 2012

La prosa ágil y sencilla de Matilde Asensi: "Venganza en Sevilla"

En esta entrada, voy a intentar dar una muestra de un concepto frecuente en la narrativa. En cuanto al estilo de la obra narrativa, habremos oído hablar de "prosa ágil y sencilla" en más de un análisis. ¿A qué remite este concepto?

Esta definición del estilo de un narrador alude a una forma de escritura rápida y directa. Normalmente, esto se consigue de diferentes formas. Para empezar, las secuencias oracionales son cortas. Por este mismo motivo, será habitual encontrarnos estructuras sencillas del tipo Sujeto + Verbo + Complementos (sin haber mucho de esto último). Junto al predominio de oraciones cortas, podremos observar la abundancia de coordinadas, especialmente de tipo copulativas o adversativas ("y, pero"), frente a una menor presencia de subordinación, con casos especialmente de adjetivas (para facilitar las descripciones en la narración). Al haber menos subordinación, las oraciones pierden complejidad pero la lectura se agiliza claramente. Finalmente, para dotar a la prosa de más fluidez, suele recurrirse a un vocabulario de común conocimiento para evitar algunas dudas por parte del lector o reflexiones que le hagan divagar y no proseguir su lectura.

Una vez dicho esto, analizaremos un caso práctico de una buena escritora nacional, Matilde Asensi. En este caso, tenemos un párrafo de  "Venganza en Sevilla"


Yo  también  debía  partir.  Mi  nueva  nao,  la  Sospechosa,  esperaba  a  su maestre.Pronto nos alejaríamos de Tierra  Firme y era  mi obligación fijar el  rumbo hacia España lo más lejos posible de las derrotas habituales de las flotas, las Armadas y los piratas. Por fortuna, uno de los empeños de mi padre (absurdo, según mi anterior parecer) había sido obligarme a estudiar y convertirme en un buen piloto y mareante.Ahora daba gracias por su terquedad y por su extraña visión de lo que una mujer podía y debía poner en ejecución.

Como podemos observar, en la primera secuencia oracional, nos encontramos con un sujeto, una perífrasis verbal y un adverbio de cantidad. Dificultad, no demasiada, pero sí agilidad. Así, en la segunda tenemos otra sencilla estructura oracional: Sujeto + Aposición + Verbo + CI. De ahí en adelante, podremos ver cómo esta estructura, con la incorporación de algún adverbio temporal o conector, será la que se imponga, con un sujeto, algún adjetivo, un verbo y pocos complementos. En cuanto a la coordinación, vemos en estas cinco líneas seis conjunciones copulativas, "y", fenómeno propio de la lengua oral, no tanto de la escrita, pero que logra la rapidez y ligereza de la oralidad. En cuanto a la subordinación, está presente pero con mucha menor fuerza.

A lo largo de la obra, tal vez sólo se le pueda achacar a la autora el uso de ciertos vocablos que pueden dificultar la lectura y "entorpecer" su prosa. Sin embargo, es buena forma de ampliar nuestro vocabulario e integrar al lector en el mundo y el lenguaje de aquella época.

Así pues, un gran caso para ejemplificar la "prosa ágil y sencilla" pero no por ello exenta de riqueza.


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