martes, 6 de septiembre de 2011

Sobre la visión abstracta del lenguaje frente a la social, pragmática...

Revisando los temas de las oposiciones, he estado reflexionando estos días sobre la visión estructuralista del lenguaje, aquella que nos da mucha información sobre su sistema, estructura y componentes pero que al mismo tiempo nos obliga a ver la lengua como un producto abstracto, cerrado y puramente científico.

Desde luego, opino que tal visión es muy limitadora y absurda. ¿Dónde está la lengua a nuestro alrededor?, ¿acaso podemos coger una oración en el aire y estudiarla en sí misma? Todos sabemos que no. La lengua se encuentra en un libro escrito por un joven autor francés al que su mujer le ha dejado y que se intenta ganar la vida con la literatura, en la charla de unos ancianos tomando un café o en un programa de deportes en televisión. Ni más ni menos. La lengua posee un gran componente social y de contexto situacional, psicológico, personal, emotivo....Desligarla de todo eso nos deja con un proyecto de lengua pero que nunca llegará a realizarse del todo.
¿Qué sería lo ideal en todo esto? Sin duda alguna, saber integrar los principios abstractos y estructurales del lenguaje pero aceptando los factores sociales, contextuales etc. Sólo así, podremos llegar a conocer realmente la lengua, nuestra herramienta fundamental de comunicación.

Y esto podría llevarnos a la problemática de si realmente es una ciencia o no, de si es más un componente esencial del ser humano o algo parecido a las matemáticas....

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